Los padres de familia deben adquirir juguetes adecuados a la edad de los infantes, que sean didácticos y no estén fabricados con sustancias tóxicas para prevenir accidentes y garantizar la salud, recomendó Carmen Espinosa Sotero.
La coordinadora de Investigación del Servicio de Pediatría del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga” sugirió no adquirir juguetes bélicos, ya que pueden ocasionar conductas violentas en el niño.
Además, expuso en víspera de Día de Reyes, si se trata de patines, patinetas o bicicletas deben ir acompañadas del equipo de seguridad como casco, rodilleras y coderas para evitar lesiones.
Asimismo, explicó, antes de regalar una consola de videojuegos se deben establecer horarios con el menor, los cuales no deben exceder de dos horas al día ya que los lapsos prolongados frente a una pantalla pueden afectar la visión.
Al respecto, pidió tomar en cuenta que ese tipo de juegos fomenta una conducta sedentaria y provoca sobrepeso u obesidad. “No es necesario comprar juguetes caros, lo más importante es la convivencia, si les dedicamos tiempo a nuestros niños lograremos en ellos un mejor desarrollo físico y emocional”, afirmó.
Espinosa Sotero detalló, de acuerdo con un comunicado, que antes de comprar un juguete se deben leer las especificaciones para elegir el artículo más adecuado para el pequeño.
“Los padres de familia deben poner mucha atención en el etiquetado de los juguetes, ya que muchos de ellos pueden estar compuestos de piezas muy pequeñas que si se introducen en la boca y se tragan de manera accidental pueden provocar asfixia”, dijo.
Recordó que esa información también ayuda a conocer el material con el que son fabricados y verificar que no contenga sustancias tóxicas como plomo. Reconoció que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) tiene un control estricto en este tipo de artículos, pero no está por demás checar esta información sobre todo si se compra en el mercado informal.
Añadió que independientemente de la edad, los niños tienen que ser supervisados cuando estén jugando, debido a que en cualquier momento se puede presentar un accidente que ponga en riesgo su vida.