El alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, denunció la detonación de dispositivos de comunicación en Líbano, afirmando que el ataque viola el derecho internacional y podría constituir un crimen de guerra.
«El derecho internacional humanitario prohíbe el uso de artefactos trampa en forma de objetos portátiles aparentemente inofensivos», declaró Turk ante el Consejo de Seguridad, y añadió que «es un crimen de guerra cometer actos de violencia destinados a sembrar el terror entre la población civil».
«Estoy consternado por la amplitud y el impacto de los ataques», declaró Turk.
«Estos ataques representan una nueva evolución de la guerra, en la que las herramientas de comunicación se convierten en armas. Esto no puede ser la nueva normalidad», sostuvo.
El 17 y 18 de septiembre se produjeron explosiones de dispositivos como buscapersonas y ‘walkie-talkies’ en todo el Líbano, dejando más de 37 muertos y miles de heridos. Hezbolá y las autoridades libanesas culparon a Israel por esa «agresión criminal», y el grupo chiita prometió responder al ataque.