La tarde del pasado miércoles 8 de noviembre, supuestos miembros de un cartel irrumpieron en el domicilio del empresario hotelero Juan Carlos Torres Guel, en el poblado de Estación Wadley, municipio de Catorce, a quien «levantaron» y golpearon brutalmente, para luego abandonarlo, en agonía, en el desierto del altiplano potosino.
El hecho, de acuerdo al denunciante, podría tener relación al control por la extracción y venta del mineral que abunda en esa zona protegida del desierto de Wiricuta, dado a que el afectado inició con inversiones en el sector minero, lo que restaría operatividad a una empresa que labora en la mina de Tierras Negras, localizada en los límites de Estación Wadley.
Torres Guel sospecha que el origen de su agresión pudo darse tras la rencilla que tuvo con otro empresario dedicado a la extracción de antimonio en esa zona, mismo que pudo haber solicitado los servicios de la delincuencia organizada a la especulación de querer controlar ese valioso mineral que sirve para el reforzamiento de la aleación de diversos tipos de metales.

Al ser privado de su libertad por al menos tres sujetos que lo subieron por la fuerza a una camioneta, Juan Carlos fue brutalmente golpeado hasta perder el conocimiento por desmayo, siendo abandonado en zona desértica del poblado de Guadalupe Carnicero, a kilómetros del punto donde fue levantado, tras pensarse que estaba ya sin vida.
Al volver en sí, Torres Guel logró pedir ayuda a lugareños quienes finalmente lo trasladaron hasta Wadley donde pudo recuperarse poco de las heridas, sin embargo, ante el temor del retorno de sus agresores, huyó de ese lugar para refugiarse en un sitio fuera de los límites de San Luis Potosí.
Debido a la lejanía de los servicios médicos y de las oficinas de la Fiscalía General en aquella zona, a la víctima le ha resultado complicado valorar sus heridas en una clínica así como presentar una denuncia formal contra quienes resulten responsables.
Por lo pronto, Juan Carlos se encuentra refugiado en otro Estado alejado de su familia, ante el temor de ser buscado nuevamente por sus agresores por lo que pide la inmediata intervención de las autoridades en Estación Wadley, donde no hay garantía a la seguridad de los habitantes.
«Wadley está en el olvido. No hay seguridad por parte del municipio ni del Estado. Todos hacen su ley y todos están a merced de la inseguridad » señaló.
