La Secretaría de Economía acusó que ese incremento carece de fundamento, ya que el precio de la tonelada de maíz blanco al inicio de 2018 está 11 por ciento por debajo de su precio hace un año, y se trata del principal componente del costo de un kilogramo de tortilla. La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) vigilará y en su caso sancionará cualquier aumento arbitrario.
El investigador de la Universidad Autónoma Chapingo, Gerardo Noriega Altamirano, resaltó que los industriales importan maíz amarillo para vender harina para elaborar tortilla pese a que el costo por tonelada de maíz blanco no rebasa los 3 mil 800 pesos y se ha mantenido a lo largo de los años. Aunque reconoció que los industriales no están preparados con infraestructura para acopiar el maíz nacional.
El experto llamó a aplicar una política de mejores precios y financiamiento para los productos agrícolas, así como mayor inversión a la investigación y desarrollo con el objetivo de mejorar rendimientos y reducir costos de producción.
Además, sugirió una serie de facilidades fiscales a los productores para que puedan mantener su costo bajo o darles algunos costos preferenciales en los combustibles y en energía eléctrica o de lo contrario seguirán los aumentos.
El investigador de Chapingo concluyó que la política actual ha sido, por una parte, contener los precios de los granos básicos en el mercado, pero por otra soltó mucho lo relasionado con los insumos.