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Gamaliel Vázquez

En víspera del proceso electoral en el Estado y la nación, comienzan ya a brillar las fracturas en el núcleo del Partido de la Revolución Democrática (PRD), siendo la fisura concentrada justo en el grupo cercano al edil de la capital potosina, Ricardo Gallardo Juárez.

Como si fuera una ley universal, en el tiempo que corresponde al ejercicio del voto ciudadano para la elección de representantes populares, vuelve a los aliados en desconocidos y, entre desconocidos, se comienzan a formar alianzas.

Tras haber tomado posesión el PRD en la administración de la capital, colaboradores llegaron al cargo gracias a la palanca del ex edil soledense y hoy aspirante a una diputación federal por el II distrito, Ricardo Gallardo Cardona, y el resto (sin contar a los que llegaron por acuerdos políticos entre partidos) fueron cobijados por el mismo edil capitalino, Ricardo Gallardo Juárez.

Pero hay personajes en la administración pública que ya no gozan de la protección de quienes hoy son cabeza del perredismo potosino, y en la regiduría se encuentra una de ellas. Y justo esta situación armoniza con la intención de algunos regidores perredistas que pretenden apagar la carrera política de una compañera «incómoda» que en el grupo amarillo ha causado la división.

La horda va contra la 7° regidora, Blanca Angélica Díaz Palma, quien ha sido excluida del grupo perredista cercano al edil por sus propios compañeros de fracción, al darse cuestiones de índole personal, más que por alguna situación de controversia generada por un tema de interés para la población potosina.

La regidora «Blanquita» como es conocida, quien fue apalancada por Gallardo padre ocupó tan ambicionado cargo, ha perdido ya la simpatía de sus colegas regidores tras haber «traicionado» la confianza que le depositó una de sus compañeras de regiduría.

El origen de la ruptura perredista en el Cabildo de la capital se concentra en que algunos comentarios que salieron de la regidora perredista Ana María Palacios Rodríguez, durante una plática en la que resultaría mencionada la actual delegada de Bocas, Maricruz Ruiz Herrera, fueron malinterpretados por Angélica Díaz y divulgados cual chismes de vecindad por ésta última.

Díaz llevó (con apuro) a la delegada de Bocas, Ruiz Herrera, un hecho distorsionado y compuesto de falsedades sobre es plática iniciada por Palacios Rodríguez, y por reacción a a tal hecho, la funcionaria de la delegación reclamó por tal situación.

La cuestión llevó a un alboroto entre las mencionadas que dentro de las filas del PRD culminó en ruptura en el núcleo central del oleaje gallardista que predomina el Cabildo de la capital potosina.

Ahora los regidores panistas han visto una oportunidad de consolidarse como un bloque opositor a la administración perredista con el quebrantamiento del PRD en lo municipal, por lo que han tratado de coquetear con «blanquita» para concentrarla como aliada en el Cabildo.

No obstante, los panistas podrían no tener balanza a su favor a no haber tomado en cuenta que uno de sus integrantes ya se corresponde más al color amarillo tras resultar en conflicto con el actual dirigente del Partido Acción Nacional en San Luis Potosí, Xavier Azuara Zúñiga.

La situación con la regidora Blanquita pudiera ser de conflictos a sus compañeros, pues de excluirla del grupo en su totalidad pudieran contar con un voto menos a sus intereses y enriquecer el poderío de la primera minoría.

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