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La fascinación por el naufragio del Titanic sigue capturando la imaginación de muchos, incluso después de la trágica implosión del submarino de OceanGate en junio del año pasado, que cobró la vida de cinco personas. Ahora, un multimillonario estadounidense ha anunciado sus planes de construir un nuevo submarino para visitar los restos del famoso barco hundido en 1912.

Larry Connor, fundador del grupo inmobiliario The Connor Group, ha revelado su intención de desarrollar un submarino en colaboración con la empresa Triton. Este nuevo sumergible, llamado Triton 4000/2 Abyssal Explorer, está diseñado para alcanzar profundidades de hasta 4,000 metros, lo que lo hace apto para explorar el sitio donde reposan los restos del Titanic en el Atlántico Norte, cerca de la costa de Terranova, Canadá.

Connor ha destacado que su objetivo es demostrar la seguridad de las expediciones submarinas cuando se realizan con la tecnología adecuada y las precauciones necesarias. “Quiero enseñarle a la gente de todo el mundo que, aunque el océano es extremadamente poderoso, también puede ser maravilloso y agradable y cambiarte realmente la vida si se hace de la manera correcta”, explicó Connor.

El costo del Triton 4000/2 Abyssal Explorer se estima en aproximadamente 20 millones de dólares, y está diseñado para llevar a bordo a solo dos personas. Aunque Connor no ha anunciado una fecha específica para su expedición al Titanic, su anuncio ha generado reacciones mixtas en las redes sociales. Muchos internautas han expresado su preocupación y han recordado la reciente tragedia de OceanGate, advirtiendo sobre los riesgos potenciales de tales aventuras.

La implosión del submarino de OceanGate en 2023, que resultó en la muerte de todos sus ocupantes, sigue siendo un recordatorio sombrío de los peligros asociados con las expediciones a grandes profundidades marinas. Tras ese incidente, OceanGate canceló sus tours y advirtió sobre los riesgos inherentes de tales viajes.

A pesar de estos peligros, la historia del Titanic y su trágico naufragio en 1912, que costó la vida a 1,500 personas, continúa capturando el interés mundial. Las visitas al lugar del naufragio ofrecen una conexión tangible con ese episodio histórico, aunque a un alto costo y riesgo.

Con esta nueva iniciativa, Connor espera reavivar la posibilidad de exploraciones seguras y controladas a los restos del Titanic, desafiando las advertencias y aprendiendo de las tragedias pasadas. La comunidad global seguirá de cerca sus esfuerzos, esperando que la historia no se repita.

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