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El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador consideró como maniobras electorales las denuncias en contra de aspirantes a la gobernatura de Chihuahua.

A inicio de diciembre, el gobierno encabezado por Javier Corral Jurado solicitó, a través de la fiscalía estatal, el desafuero del Senador morenista Cruz Pérez, para poder ejecutar una orden de aprehensión en su contra por supuestos vínculos financieros con el gobierno anterior en su estado.

Corral Jurado también arremetió en contra de la alcaldesa panista de Chihuahua, María Eugenia Campos a la cual acusó de delitos similares a los de Cruz Pérez, ambos precandidatos a la gobernatura de su estado.

Estas acciones realizadas por el gobierno de Chihuahua fueron calificadas por el presidente del país como “de mal gusto” y con un fin político-electoral. “Yo estoy en contra de los desafueros, ni modo que esté a favor, imagínense” sentenció el mandatario nacional.

Andrés Manuel López Obrador comparó estos casos con el proceso de desafuero que él sufrió cuando fue jefe de gobierno, con el fin de excluirlo de las elecciones presidenciales del 2006.

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