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Donald Trump siempre se jacta de su astucia y su dureza, y la próxima semana usará sus puñetazos verbales en el primer debate con Joe Biden para las elecciones del 3 de noviembre en Estados Unidos.

Es como un combate en el ring. La misma cosa, un poquito menos físico, apenas», dijo días atrás, comparando el duelo del martes con un encuentro de Artes Marciales Mixtas (MMA).

Pero 35 días antes de las elecciones, los mensajes a veces contradictorios y confusos del presidente, de 74 años, podrían jugarle una mala pasada contra su oponente demócrata, de 77.

¿Su punto fuerte? Su capacidad para imponer sus propias reglas.

Como en el ejercicio del poder, Trump pretende en el debate liberarse de las tradiciones que se han ido arraigando en estos enfrentamientos desde el primero organizado hace 60 años, en Chicago, entre el demócrata John F. Kennedy y el republicano Richard Nixon.

Trump es «único», comenta a la AFP Aaron Kall, profesor de la Universidad de Michigan y coautor del libro «Debating The Donald».

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